Se cree que los gatos no sienten frío. Eso es una mentira, ellos también lo viven, sobre todo si tienen poco pelaje, ya están mayores o son muy pequeñitos. Si tú sientes que hace frío, es probable que tu michi también lo sienta. Así lo puedes abrigarlo sin “ahogarlo”.
¿Cuándo el frío es peligroso para un gato?
Si la temperatura baja de los 7 °C, ya es demasiado fría para un gato doméstico. En esos casos, conviene mantenerlo dentro de casa el mayor tiempo posible para evitar problemas como la hipotermia o incluso congelación, especialmente si se trata de un gatito, un gato enfermo o muy delgado.
¿Cómo saber si tu gato tiene frío?
Hay señales claras: orejas, patas o cola frías al tacto, buscar lugares cálidos como el calefactor, dormir hecho bolita más de lo habitual o esconderse bajo cobijas. Si notas estos comportamientos, probablemente tu gato necesite más abrigo, de acuerdo con Purina.
¿Y si es un gatito?
Los gatitos menores de tres semanas no regulan bien su temperatura. Si los estás criando tú, usa mantas suaves y cálidas. Evita fuentes de calor directas como bolsas de agua caliente, ya que podrían quemarlos.
Formas de abrigar a tu gato sin causarle estrés:
- Haz su cama más acogedora. Coloca cobijas suaves en su cama o en su rincón favorito.
- Dale acceso a espacios cálidos. Una caja cerca de una pared tibia o ventanas soleadas funciona bien.
- Mantenlo activo. El ejercicio lo ayuda a generar calor natural, así que juega con él todos los días.
- Revisa su peso. El frío puede hacer que queme más energía, o que engorde si se vuelve sedentario. Vigílalo.
- Evita abrigos innecesarios. Algunos gatos toleran ropa, pero la mayoría se estresan. Mejor usa mantitas o cuevas térmicas.
¿Y si presenta síntomas de hipotermia?
Si está muy débil, con respiración lenta, letárgico o con temperatura baja, llévalo al veterinario de inmediato.
Cuidar a tu gato durante el frío no es complicado, solo requiere algo de atención.
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Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.
