Aunque los perros no comprenden conceptos humanos como el “bien” o el “mal”, sí tienen formas muy claras de mostrar que se sienten incómodos, arrepentidos o que buscan reconciliarse contigo después de haber hecho algo que no te gustó. Y no, no es solo tu imaginación: tu perro realmente puede estar “pidiéndote perdón”.
Si vives con un perro, seguro te ha pasado: llegas a casa, encuentras un zapato mordido o la basura regada, y tu perro baja la cabeza, se aleja despacio o ni siquiera te mira. Esas señales tienen una razón de ser, y sí, pueden interpretarse como una especie de disculpa.
¿Por qué los perros “piden perdón”?

Primero, es importante entender que los perros no sienten culpa como los humanos, como lo señala MVS. No saben que hicieron algo “malo” en un sentido moral, pero sí son muy buenos para detectar tu tono de voz, tus gestos y tus emociones. Cuando ven que estás molesto o que los regañas, muchos perros adoptan posturas de sumisión como una forma de calmar la situación.
Formas en las que un perro muestra arrepentimiento
Cuando un perro quiere mostrar que se siente incómodo o que no quiere conflicto, puede hacer lo siguiente:
- Bajar la cabeza o evitar el contacto visual
- Esconder la cola entre las patas
- Emitir pequeños gemidos o lloriqueos
- Lamer tus manos o cara
- Acercarse despacio y con movimientos suaves
- Mostrar la barriga como señal de sumisión
Estas acciones no son exactamente una disculpa como la entendemos los humanos, pero sí son señales claras de que tu perro reconoce que algo cambió en tu estado emocional y está tratando de apaciguarlo.
¿Debo regañarlo o consolarlo?
Si el “desastre” ya ocurrió y lo regañas tiempo después, tu perro probablemente no entenderá por qué estás molesto. Lo ideal es corregir la conducta en el momento exacto en que sucede. Si ya pasó un rato, lo mejor es limpiar el desastre con calma y reforzar buenos comportamientos con premios o caricias.
Consolar a tu perro cuando muestra señales de arrepentimiento no es malo, pero cuidado con reforzar sin querer la conducta indeseada. Lo mejor es mantener la calma, redirigir su energía y ofrecer alternativas: juguetes, juegos, rutinas de paseo, etc.
Recuerda que cada perro es diferente, pero debes aprender a leerlo y saber cuando está arrepentido.
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Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.