Cuando nuestras mascotas están ansiosas o nerviosas, como durante tormentas o visitas al veterinario, algunos dueños consideran usar medicamentos tranquilizantes. Uno de los más comunes es la acepromacina, pero antes de recurrir a esta solución, es importante entender los posibles riesgos que puede traerle a tu amigo de cuatro patas.
¿Qué es la acepromacina?
La acepromacina es un sedante frecuentemente utilizado para reducir la ansiedad en perros y gatos. Este medicamento actúa en el sistema nervioso central, ayudando a que tu perrito se calme y esté menos reactivo ante estímulos externos. Sin embargo, aunque pueda parecer una solución mágica para el estrés, tiene algunos efectos secundarios que debes considerar.

El doctor Jorge Ramírez, especialista en farmacología veterinaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica: "La acepromacina puede reducir la actividad motora y la ansiedad, pero también provoca efectos como una disminución en la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo que puede ser peligroso en mascotas con problemas cardíacos o de salud preexistentes".
Los riesgos detrás del "calmante"
Uno de los principales problemas es que la acepromacina no trata la causa subyacente del estrés o miedo, sino que simplemente “desconecta” la respuesta física. Esto significa que, aunque tu peludo esté quieto, puede seguir sintiéndose igual de ansioso o incómodo internamente. Además, su uso debe ser extremadamente cuidadoso, ya que dosis inadecuadas pueden tener consecuencias graves.
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Entre los efectos secundarios más comunes se encuentran:
- Reducción de la presión arterial.
- Disminución de la frecuencia cardíaca.
- Somnolencia extrema o falta de coordinación.
- En algunos casos, dificultad para respirar.
Por si fuera poco, este medicamento no es recomendable para perros de edad avanzada, razas braquicéfalas (como los pug o bulldogs) o mascotas con enfermedades hepáticas o cardíacas.
En lugar de recurrir a tranquilizantes, considera opciones más seguras y naturales para ayudar a tu mascota:
- Feromonas sintéticas: Estas imitan las señales químicas naturales que tranquilizan a los animales.
- Entrenamiento en desensibilización: Ayuda a tu peludo a enfrentarse gradualmente a situaciones estresantes en un ambiente controlado.
- Suplementos naturales: Algunos productos a base de hierbas, como la valeriana, pueden ser útiles bajo recomendación de un veterinario.
La doctora Ana López, veterinaria de la Universidad de Guadalajara, aconseja: "Siempre es mejor consultar con un profesional antes de administrar cualquier medicamento, ya que cada mascota tiene necesidades únicas".
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.