Ojalá los perros hablaran, ¿no? Nos ahorraríamos muchas preocupaciones si pudieran decirnos con palabras que se sienten mal. Pero como no es así, toca estar bien atentos a las señales, incluso a esas que parecen muy sutiles. Porque sí, a veces un pequeño cambio en su rutina puede ser una gran pista de que algo no anda del todo bien.
Recuerda que los animales suelen esconder el dolor o el malestar, por lo que notar cambios leves puede marcar la diferencia entre un susto y una emergencia. Con eso en mente, aquí te van siete señales que no deberías pasar por alto.
1. Cambios raros al comer
Si tu perrito se salta una comida de vez en cuando, especialmente en días calurosos, no hay que entrar en pánico. Pero si ya van dos días sin probar bocado o empieza a comer cosas raras, como basura o plantas, puede haber algo detrás: desde dolor dental hasta problemas digestivos o metabólicos.
2. Toma más agua de lo normal
Si sientes que pasas el día rellenando su plato de agua, puede ser señal de alerta. El aumento en la sed podría estar relacionado con diabetes o problemas renales. También checa si orina más o incluso si tiene “accidentes” en casa.

3. Se esconde mucho
¿Tu compañero de juegos ahora se la pasa escondido bajo la cama o en rincones donde nunca estaba? Podría estar sintiendo malestar físico o estrés. En el caso de los gatos, incluso podría ser señal de pulgas o ansiedad.
4. Está más gruñón o agresivo
Si antes era un amor y ahora se pone a la defensiva cuando lo tocas, algo no anda bien. Muchos animales reaccionan así cuando tienen dolor (como artritis o una infección). No lo regañes, mejor llévalo a que lo revisen.
5. Orina con frecuencia (o con dificultad)
Un aumento en la frecuencia, cambios de color o intentos fallidos de orinar pueden estar relacionados con infecciones urinarias, incontinencia o incluso diabetes. En perritas no esterilizadas, también puede ser señal de piometra, una condición seria.
6. Se lame sin parar
Todos los perros se lamen un poco, pero si lo hace compulsivamente —sobre todo en patas, cola o entre las caderas— podría haber alergias o alguna molestia dermatológica. Y si empieza a lamer pisos o paredes, cuidado: también puede tratarse de un problema digestivo.
7. Ojos con secreción o enrojecidos
Los ojos dicen mucho. Si notas que están rojos, tienen lagañas verdosas o amarillentas, o se ve un “tercer párpado”, puede haber una infección o un problema ocular más serio. Ante la duda, mejor que lo vea el veterinario.
Conocer a tu perro es clave para detectar estos pequeños cambios. Si algo te hace ruido, aunque parezca leve, consulta al veterinario.
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Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.