Pegarle a tu mascota no es tan buena idea, y no solo por el tema moral, también porque según un estudio, empeora su comportamiento, convirtiéndose en una mascota agresiva o confrontacional.
De acuerdo con el estudio publicado en la revista Applied Animal Behavior Science, siguió a dueños de perros durante un año. El resultado fue que la mayoría de los canes entrenados con métodos agresivos continuaron mostrando comportamientos problemáticos.
Estos son los métodos agresivos:
- Golpear o patear a tu perro.
- Gruñir al perro.
- Forzar físicamente al perro a soltar algo de su boca.
- Voltear al perro sobre su espalda, técnica conocida como “rodada alfa”.
- Mirar al can de manera intimidante.
Lo alarmante es que al menos el 25% de los perros respondieron con agresividad a estas técnicas, aplicando el “si tú eres agresivo conmigo, yo lo seré contigo”.
Del otro lado de la moneda, los métodos positivos o neutrales, provocan que los perros responden sin tanta agresividad.
La doctora Meghan E. Herron, autora principal del estudio, explica: "Nuestro estudio demostró que muchos métodos de entrenamiento confrontacionales, ya sea mirar fijamente a los perros, golpearlos o intimidarlos con manipulación física, hacen poco para corregir el comportamiento inadecuado y pueden provocar respuestas agresivas".
Desafortunadamente, muchos dueños de perros han optado por “educar” a sus mascotas con golpes, pues es un reflejo de lo aprendido en la televisión, libros o entrenadores que promueven la idea de la “dominancia”, aquella idea que se necesita ser el “alfa” o líder de la manada. Pero la ciencia moderna del comportamiento canino nos dice que esto es un mito.
La doctora Herron advierte, “estas técnicas provocan miedo y pueden llevar a la agresión dirigida al dueño".
La clave para mejorar el comportamiento de tu perro está en los métodos positivos y en buscar ayuda profesional. Recuerda que tu perro es tu amigo. Paciencia y amor, con eso superarán todos los obstáculos.
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Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.
