Los gatos “bully” son un tipo de gato doméstico que ha ganado popularidad recientemente por sus características físicas peculiares y su personalidad. Este tipo de gato se caracteriza por su robusto cuerpo, patas cortas y anchas, y una cabeza grande y redonda, lo cual les da una apariencia imponente, similar a la de las razas de perros de tipo “bully”. La popularidad de estos gatos está en aumento, en parte debido a su aspecto distintivo y su creciente presencia en redes sociales, donde muchas personas comparten imágenes de sus mascotas.

Los gatos bully suelen ser de razas como el gato Munchkin, que es conocido por sus patas cortas y cuerpo compacto. Sin embargo, en esta categoría también pueden incluirse otras razas de aspecto robusto, como el British Shorthair y el Scottish Fold, que tienen características físicas similares. La doctora Ana López, especialista en genética felina de la Universidad Complutense de Madrid, comenta que “estos gatos presentan mutaciones genéticas que afectan el desarrollo de sus extremidades y su musculatura, dándoles una apariencia robusta y única que atrae a muchas personas”.
Es importante señalar que, aunque la apariencia de estos gatos puede parecer atractiva, algunos rasgos físicos de los gatos bully pueden tener un impacto en su salud y movilidad. Por ejemplo, los gatos de patas cortas pueden desarrollar problemas en las articulaciones, y el sobrepeso puede complicar aún más estas condiciones. Esto requiere cuidados adicionales para asegurar una buena calidad de vida.
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La “moda” de los gatos bully se ha visto impulsada en gran medida por redes sociales como Instagram y TikTok, donde sus dueños comparten videos y fotografías mostrando las características especiales de sus mascotas. Su apariencia adorable, en combinación con su aspecto robusto, ha captado la atención de amantes de los animales en todo el mundo. Algunos los describen como “gatos con actitud de perro” debido a su personalidad tranquila y cariñosa.
Este fenómeno de popularidad en redes sociales ha creado una demanda en el mercado de mascotas, lo que ha llevado a algunos criadores a intentar reproducir estos rasgos específicos, a veces sin considerar completamente los problemas de salud que pueden surgir. El doctor Marcos García, veterinario y profesor de la Universidad de Barcelona, advierte que “es esencial que los criadores se aseguren de no promover características que puedan afectar la salud y el bienestar del animal solo por su apariencia”.
Consideraciones al adoptar un gato bully
Es importante que cualquier persona interesada en adoptar un gato bully sea consciente de las necesidades específicas que estos gatos pueden tener. Debido a su anatomía, estos gatos requieren de un ambiente adaptado y controles veterinarios regulares para evitar complicaciones, especialmente en las articulaciones y en su sistema respiratorio si tienden a desarrollar sobrepeso. Además, se debe buscar un criador responsable que priorice la salud del gato y evite prácticas que puedan comprometer su bienestar.

Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.