¿Tu gato anda más raro de lo normal? Aunque a veces parezcan los reyes del zen, los gatos también se estresan, ¡y bastante! Lo complicado es que no siempre muestran su incomodidad de forma obvia. Por eso, en Patas en Casa te dejamos seis señales que podrían indicar que tu michi está pasando por un mal rato.
1. Se pone más agresivo
¿Tu gato antes era amoroso y ahora te lanza zarpazos con solo acercarte? El estrés felino puede manifestarse con agresividad, sobre todo si siente que invades su espacio. También puede gruñir o bufar sin razón aparente. Ojo: este comportamiento también puede estar relacionado con dolor físico, así que lo mejor es llevarlo al veterinario.
2. Se esconde más de lo normal
Sabemos que a los gatos les encanta meterse en lugares pequeños, pero si lo hace con más frecuencia o pasa horas escondido, es una alerta de que algo no va bien. El estrés puede hacer que busquen refugio, como si el mundo exterior fuera demasiado para ellos.

3. Cambia su forma de comer o beber
Un gato estresado puede perder el apetito o dejar de tomar agua, lo cual es súper peligroso. Y en el caso contrario, si de repente se vuelve tragón o bebe mucho más, también puede ser una señal de alerta. En ambos casos, vale la pena consultar con el veterinario.
4. Su lenguaje corporal habla por él
¿Notas que tu gato se encorva, se hace chiquito o camina agazapado? Ese tipo de postura puede indicar que está estresado o tiene miedo. También es común que erice el lomo o parezca más “inflado” si se siente amenazado. Cada gesto dice más de lo que imaginas.
5. Orejas hacia atrás y ojos como platos
Las orejas pegadas a la cabeza y los ojos bien abiertos son claras señales de que tu gato está en modo alerta total. Es una reacción típica al estrés, porque necesita estar atento a todo lo que ocurre a su alrededor.
6. Problemas con la caja de arena
Si tu gato deja de usar su arenero sin motivo aparente, podría estar manifestando estrés. Tal vez está incómodo con el entorno, o simplemente algo lo está alterando. Asegúrate de que el arenero esté limpio, bien ubicado y que no tenga que compartirlo si no le gusta.
¿Cómo puedes ayudarlo?
De acuerdo con el equipo de Village Vets, lo mejor es observar con calma y acudir al veterinario si los síntomas persisten. A veces, pequeños cambios en casa (como ruidos, mudanzas o visitas inesperadas) pueden detonar el estrés. Un buen diagnóstico y un ambiente tranquilo pueden hacer maravillas.
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Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.