La leishmaniosis canina es una enfermedad causada por un protozoo llamado Leishmania. Aunque sea común en animales, la leishmaniosis también puede trasmitirse a humanos y, por eso, se clasifica como una zoonosis. En ambos casos, ataca el sistema inmunológico del paciente y puede debilitar lo suficiente el organismo para ser fatal. Entre los síntomas de la leishmaniosis canina, son muy comunes las heridas cuando la enfermedad es cutánea. Si es visceral - otro tipo de manifestación de la leishmaniosis -, los síntomas suelen ser más amplios.
¿Cómo actúa la leishmaniosis en el organismo? ¿Cómo tratar las heridas de la leishmaniosis canina y cuáles son las mejores formas de prevenir el cuadro? Para hablar más sobre esta enfermedad de perro y aclarar dudas sobre la leishmaniosis, qué es, cómo se contagia, los síntomas, la prevención y el tratamiento, conversamos con Ana Regina Torro, médica veterinaria homeópata. ¡Da una mirada!
¿Qué es la leishmaniosis canina?
El principal centro de acción de la Leishmania en el cuerpo de un perro es en las células encargadas de la protección del animal, o sea, su sistema inmunológico. “La leishmaniosis canina es una enfermedad transmitida por un protozoo, llamado Leishmania, que está en la sangre de los perros infectados. La hembra del flebótomo- un tipo de mosquito- pica este animal, contrae este parásito y, la próxima vez que pique, infectará a otro animal o una persona”, explica la veterinaria Ana Regina. A partir de ahí, la enfermedad puede afectar una serie de otros órganos y partes del cuerpo, generando diversos síntomas de leishmaniosis.
¿Qué necesitas saber sobre el mosquito vector de la leishmaniosis en perro?
El jején (Lutzomyia longipalpis) es un insecto flebotomino y hematófogo que pertenece a la familia de los Psychodidae. Es el gran responsable por la transmisión de la leishmaniosis en perros, humanos y otros animales. Sin embargo, solamente las hembras del jején se alimentan de la sangre y pueden transmitir el protozoo Leishmania, en el caso de que estén infectadas.
No es muy difícil reconocer a este mosquito: el insecto tiene una coloración amarillenta, es pequeño, pero tiene alas largas con algunos pelitos esparcidos por el cuerpo. Este tipo de mosquito es común en lugares húmedos, con poca incidencia de luz y con mucha materia orgánica cerca. A este mosquito también se lo conoce como chitre, palomilla, manta blanca, quemador, pringador y titira entre otros, dependiendo de la localidad.
La predominancia es mayor en ambientes silvestres y rurales, pero la leishmaniosis canina se está volviendo cada vez más “urbana” en los últimos años.
Leishmaniosis canina: diferentes tipos de exámenes hechos en la clínica veterinaria ayudan a diagnosticar la enfermedad
Leishmaniosis canina: los síntomas involucran todo el cuerpo del animal
Los síntomas de la leishmaniosis van a variar según se presente la enfermedad. “Hay dos tipos de leishmaniosis: la cutánea y la visceral. En la cutánea, las heridas de leishmaniosis en perros no cicatrizan, principalmente en la cabeza y bordes de las orejas. También pueden ocurrir en la nariz, la boca y la garganta. El pelaje del perro se pone feo, grasiento y la piel se descama”, explicó Ana Regina.
Por otro lado, los síntomas de leishmaniosis canina pueden ser más amplios. Esta, inclusive, es una de las principales dificultades en el diagnóstico de la leishmaniosis visceral canina. Según la especialista, en la forma visceral, los síntomas de leishmaniosis en perros suelen ser:
- Anorexia
- Crecimiento de las uñas de forma anormal
- Pérdida de apetito
- Fiebre
- Anemia
- Postración
- Aumento de ganglios linfáticos por el cuerpo
- Aumento de bazo e hígado
- Síntomas hepáticos
- Predisposición para enfermarse frecuentemente sin encontrar una causa definida
Nuevos síntomas, como el perro vomitando, diarrea y dificultad para hacer pis, pueden surgir según el área afectada por la Leishmania. La especialista destaca que, en los perros, la forma visceral es la más común y, muchas veces, los síntomas de leishmaniosis en perro incluyen los de las formas cutánea y visceral juntos.
Por ser una enfermedad que afecta al sistema inmunológico del animal, también es común que adquiera otras enfermedades al mismo tiempo que tiene leishmaniosis canina, ya que su cuerpo se encuentra debilitado y no consigue protegerse normalmente. Cuando el animal no mejora incluso después del tratamiento, el profesional y los tutores pueden comenzar a considerarlo como uno de los síntomas de leishmaniosis en perros.
Las heridas de leishmaniosis en perro son muy comunes
Herida, leishmaniosis, perro: estas tres palabras juntas tienen mucho sentido cuando al animal se lo diagnostica con leishmaniosis cutánea. Eso porque la herida de leishmaniosis en perro - o heridas de calazar en perros, otro nombre popular para la enfermedad - es mucho más común de lo que se piensa.
¿Pero cómo se forman las heridas de perro? La leishmaniosis causa una lastimadora en el lugar de la picadura, que se cubre de costras y puede soltar una secreción purulenta. También puede haber herida de calazar en perro que no cicatriza, especialmente en la región de la cabeza, además de heridas en la oreja del perro. La leishmaniosis, en algunos casos, puede afectar la boca, la garganta y la nariz.
Al buscar fotos de perro con leishmaniosis visceral canina, vas a encontrar imágenes de perros con falta de pelaje en diversos locales del cuerpo, hocico que se descama y ulceraciones en la piel. Estas son las señales aparentes de calazar, pero también pueden remitir a otras enfermedades, como alergias dermatológicas, por ejemplo.
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El perro con leishmaniosis no transmite la enfermedad, pero los humanos pueden infectarse
La leishmaniosis canina no es contagiosa: la transmisión depende de un único vector, que es el mosquito flebótomo. “Los perros con leishmaniosis no transmiten la enfermedad directamente por mordidas, heces o de cualquier otra manera. La forma de transmisión de la enfermedad es a través de la picadura del mosquito. El insecto es muy pequeño, del tamaño de la cabeza de un alfiler”, señala la especialista. Como el mosquito suele poner los huevos en lugares ricos en materia orgánica, la leishmaniosis termina siendo una enfermedad más común en áreas de bajo saneamiento básico. Pero no hay de qué tener miedo en el caso de que sospeches que tu perro tiene esta enfermedad. La leishmaniosis no se transmite de forma directa a los humanos. Sin embargo, debes tener un cuidado especial con los mosquitos de la región donde vives - y los repelentes cumplen un papel importante en esta protección.
En el caso de que te contamines con leishmaniosis, el tratamiento va a depender del tipo de enfermedad que presentes. La leishmaniosis cutánea normalmente no requiere medicamentos específicos, pues las heridas tienden a desaparecer solas, pero el uso de remedios antiparasitarios puede acelerar la recuperación del paciente. En la leishmaniosis visceral, el médico suele recetar antimoniales pentavalentes.
El diagnóstico de la leishmaniosis en perro
Justamente debido a la gran variedad de síntomas, la leishmaniosis canina es una enfermedad que no puede diagnosticarse con precisión en la misma consulta. “Puede hacerse un examen histopatológico o biopsia de alguna lesión donde se encontrarán los parásitos o parte de ellos. También se pueden hacer exámenes de sangre. Los más comunes son las pruebas serológicas, en las que se investigan los anticuerpos contra los agentes, y el PCR, en el que se encuentran las secuencias genéticas de las leishmanias”, explicó la profesional.
El tipo de examen más común para el diagnóstico preciso de la leishmaniosis involucra la observación del protozoo: retiran, del animal con sospecha de infección, un pedacito del cuerpo o células de un órgano debilitado y, por el análisis en laboratorio, determinan si hay o no influencia de la Leishmania en la muestra retirada. Los exámenes de sangre ayudan a detectar si hay ADN de la Leishmania entre las células en el animal o hacen el conteo de los niveles de anticuerpos específicos para combatir el protozoo en su cuerpo.
Vale destacar que en regiones endémicas cualquier síntoma anormal puede ser sospechoso y el veterinario debe solicitar urgentemente los exámenes. Por eso, nada de buscar “leishmaniosis síntomas perro” o “leishmaniosis heridas perro” en internet. Lo más recomendado es siempre buscar la ayuda de un profesional calificado.
Para proteger al perro, la leishmaniosis puede evitarse con el uso de collar contra la enfermedad
¿La leishmaniosis canina tiene cura?
Como o animal infectado es huésped del protozoo causador de la leishmaniosis, por mucho tiempo, al ser diagnosticado con la enfermedad, el perro se sacrificaba porque no existe la cura completa. “Hasta 2016, se solicitaba la eutanasia del perro infectado. Desde entonces, la eutanasia no es necesaria”, explica la profesional. Hoy en día, existe un remedio para la leishmaniosis canina que trata los síntomas e impide que el animal se vuelva un transmisor de la leishmania, aunque haya sido picado por el mosquito jején. “Existen medicamentos que disminuyen la carga de parásitos y medicamentos para los síntomas. Aparentemente, el perro puede estar curado, pero puede enfermarse de nuevo con el tiempo”, señala. De esta forma, la mascota puede vivir de forma saludable y con calidad de vida por más tiempo, incluso teniendo leishmaniosis canina. Aun así, el medicamento es caro y el animal infectado va a necesitar acompañamiento constante del veterinario — no sólo en el momento en que sea diagnosticado y necesite tratar los síntomas que se manifiestan.
Leishmaniosis canina: la vacuna es una medida preventiva eficaz
Ya que no puede ser completamente curada, la prevención termina siendo súper importante en el combate a la transmisión y a los síntomas de la leishmaniosis. Una de las principales formas de prevenir es la vacuna: la leishmaniosis canina es una de las enfermedades en las que se indica inmunización para los animales que viven en los lugares de proliferación del país. “Existe una vacuna, que sólo puede aplicarse a perros sin síntomas y con prueba negativa. Esta vacuna es interesante en regiones endémicas y si hay animales infectados cerca”, explica Ana Regina.
La vacuna de leishmaniosis canina puede ser aplicada a partir de los cuatro meses de edad y se divide en tres dosis con un intervalo de 21 días entre cada una. ¡Conversa con tu veterinario sobre la necesidad de aplicación!
3 formas de prevenir la leishmaniosis canina
Además de la vacunación en día y del mantenimiento de la salud del animal, también puedes usar otros trucos para proteger a tu amigo de la leishmaniosis. Los perros se infectan con la enfermedad solamente a través de la picadura de la hembra del jején, por lo que el foco principal es evitar la picadura, según orienta la profesional. En este sentido, los consejos son:
1) En los lugares a la orilla de maleza o lagos, o donde haya animales contaminados, protege a los perros en un lugar cerrado con protección de mosquiteros en puertas y ventanas al anochecer y amanecer, que son los horarios de mayor ataque de mosquitos.
2) Evita pasear en los horarios mencionados. Si vas a hacer senderismo con los perros, coloca protección extra de repelente en aerosol en orejas y dorso.
3) Usa un collar contra leishmaniosis canina. Mantén a tu perro con collar o medicación de pipeta que proteja contra mosquitos, descripto en el prospecto y presta atención a la fecha de reaplicación orientada por el fabricante.
Enfermedad de perro: ¡la leishmaniosis y las principales características del cuadro!
- Causa de la enfermedad: jején contaminado que pica al perro.
- Síntomas: la leishmaniosis puede tener diferentes señales clínicas, dependiendo del tipo. En el caso de la cutánea, es común la presencia de heridas y la leishmaniosis canina afecta principalmente la cabeza y los bordes de las orejas. En el caso de la visceral, hay otros síntomas: la leishmaniosis en perro incluye fiebre, anorexia, pérdida de apetito, postración y anemia.
- Tratamiento: la enfermedad se trata con medicamentos que no curan la leishmaniosis, pero controlan los síntomas. De esta forma, los perros pueden vivir con una buena calidad de vida, sin propagar el contagio.
- Prevención de la leishmaniosis: el perro puede protegerse principalmente con la vacuna. Además, las redes de protección contra los mosquitos, los repelentes y el uso de un collar para leishmaniosis son buenas estrategias para mantener lejos el jején.
Redacción: Ariel Cristina Borges