Laika, una perrita mestiza moscovita, pasó de vivir en las calles de Moscú a convertirse en el primer ser vivo en orbitar la Tierra, marcando un hito histórico en la carrera espacial y un final trágico.
¿Qué raza era Laika?
Laika era una hembra mestiza, principalmente de raza husky siberiano con posible mezcla de terrier. Según los registros del programa espacial soviético, pesaba aproximadamente seis kilogramos y tenía cerca de tres años cuando fue seleccionada para la misión. Fue Vladimir Yazdovsky, director del Programa de Pruebas de Perros del Proyecto Espacial Soviético, la describió como "tranquila y encantadora" en sus memorias.
Los científicos soviéticos eligieron perros callejeros para sus misiones espaciales porque consideraban que estos animales ya estaban acostumbrados a condiciones difíciles de vida. Adilia Kotovskaya, una de las científicas que trabajó directamente con Laika, explicó que buscaban específicamente hembras pequeñas por cuestiones de espacio en la cápsula y por su capacidad para permanecer sentadas quietas durante largos períodos.
Así fue el viaje espacial de Laika
El 3 de noviembre de 1957, Laika fue lanzada al espacio a bordo del Sputnik 2, apenas un mes después del histórico lanzamiento del Sputnik 1. La misión tenía como objetivo principal estudiar los efectos de la microgravedad y la radiación espacial en organismos vivos, preparando el terreno para futuros vuelos espaciales tripulados por humanos.
Durante décadas, la versión oficial sostuvo que Laika había sobrevivido varios días en el espacio antes de ser eutanasiada según lo planificado. Sin embargo, en 2002, Dimitri Malashenkov, uno de los científicos involucrados en la misión, reveló la verdadera historia en el World Space Congress en Houston: Laika falleció apenas unas horas después del lanzamiento debido al estrés y el sobrecalentamiento de la cápsula.
El legado de Laika
El sacrificio de Laika no fue en vano. Según Victor Yazdovsky, hijo del director del programa, los datos recopilados durante su breve misión fueron fundamentales para el desarrollo de sistemas de soporte vital en futuras misiones espaciales. Su vuelo demostró que un ser vivo podía sobrevivir al lanzamiento y a la ingravidez, abriendo camino para la exploración espacial humana.
En 2008, se erigió un monumento en su honor en el Instituto de Investigación Militar de Medicina en Moscú. Oleg Gazenko, uno de los científicos responsables del programa, expresó años después: "Cuanto más tiempo pasa, más me apena que lo hiciéramos... No aprendimos lo suficiente de esta misión para justificar la muerte de la perra."
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.