El paseo es una de las actividades más importantes en la rutina de un perro, ya que no solo ayuda a cubrir sus necesidades físicas, sino que también contribuye a su bienestar emocional. Durante la caminata, el perro explora, interactúa y estimula sus sentidos, lo que le permite liberar estrés y evitar problemas de conducta. Para hacer de esta actividad una experiencia positiva, aquí te presentamos algunos consejos esenciales que debes considerar.
Elige el equipo adecuado
Es fundamental contar con un equipo adecuado para garantizar la comodidad y seguridad de tu perro durante el paseo. El arnés es preferible al collar, ya que evita presiones en el cuello del perro, protegiendo su tráquea y permitiéndole una mayor libertad de movimiento. Un arnés bien ajustado reduce el riesgo de lesiones y facilita el control de la mascota en situaciones inesperadas.
Además, elige una correa de longitud media, entre 1.2 y 1.5 metros, para dar suficiente espacio sin perder el control. “El arnés distribuye la presión de manera uniforme en el cuerpo del perro, disminuyendo el riesgo de lesiones, especialmente en perros pequeños o con problemas respiratorios”, explica la doctora María López, veterinaria de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Define una rutina de horarios y duración
Establecer un horario de paseo ayuda a que el perro se acostumbre a un ritmo regular, lo que reduce la ansiedad y facilita que sepa cuándo podrá salir de casa. En general, es ideal realizar entre dos y tres paseos diarios, de al menos 20 a 30 minutos cada uno, aunque esto depende de la raza, tamaño y nivel de energía de cada perro. Por ejemplo, las razas activas como los pastores requieren paseos más largos y frecuentes que las razas de menor tamaño.
Mantén el control sin tirar de la correa
La caminata debe ser placentera tanto para ti como para tu perro, por lo que es importante evitar los tirones constantes de la correa. El perro necesita libertad para olfatear, explorar y detenerse ocasionalmente, ya que esto es parte de su instinto natural. Una técnica recomendada es detenerse cuando el perro tira con fuerza de la correa y reanudar el paseo cuando esté más tranquilo, lo que le enseña a caminar sin tensión.
El doctor Javier Santos, especialista en comportamiento animal de la Universidad Complutense de Madrid, aconseja que “la comunicación con el perro durante el paseo debe ser suave y sin castigos físicos, ya que los paseos son para que el perro disfrute y se sienta seguro, sin miedo”.
Evita las horas de calor extremo
La temperatura del pavimento en días soleados puede alcanzar niveles peligrosos y causar quemaduras en las almohadillas de las patas del perro. Es recomendable evitar las horas más calurosas del día, especialmente en verano, y optar por paseos temprano en la mañana o al atardecer. Para verificar si el pavimento es seguro, coloca tu mano sobre él por cinco segundos; si sientes calor, es mejor evitarlo.
Permítele socializar con otros perros
El paseo es una excelente oportunidad para que el perro socialice y aprenda a relacionarse con otros animales y personas. Sin embargo, es fundamental supervisar cualquier interacción y asegurarse de que ambos perros estén relajados antes de permitir que se acerquen. La socialización adecuada ayuda a mejorar el comportamiento del perro y reduce la probabilidad de desarrollar miedo o agresividad.
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.