Los bigotes de los gatos, conocidos científicamente como “vibrisas”, son mucho más que simples pelos largos en sus mejillas. Estas estructuras son órganos sensoriales muy sensibles que cumplen un papel fundamental en la percepción del entorno del gato. Los bigotes se encuentran no solo en el rostro, sino también en otras áreas del cuerpo, como las patas delanteras. Su función principal es brindar información crucial sobre el espacio y los objetos a su alrededor, algo esencial para un animal cazador y explorador.

Qué son las vibrisas y por qué son tan sensibles
Las vibrisas son pelos gruesos y rígidos que se encuentran conectados a folículos profundos rodeados por terminaciones nerviosas. Cada vibrisa tiene la capacidad de captar estímulos del entorno, como corrientes de aire o la presencia de objetos cercanos, enviando esta información al cerebro del gato. Según la doctora en etología Ana Martínez, de la Universidad Complutense de Madrid, “las vibrisas actúan como un sistema de radar, permitiendo que el gato perciba obstáculos y evalúe la distancia entre objetos, incluso en la oscuridad”.
Estos bigotes están conectados al sistema nervioso del gato, y cualquier movimiento de las vibrisas genera una señal inmediata. Esto explica por qué los gatos son tan precisos al moverse en espacios reducidos o al realizar saltos exactos. Además, las vibrisas también juegan un papel importante en la caza, ya que ayudan al gato a calcular la ubicación de su presa.
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Aunque las vibrisas más conocidas están en el rostro, en particular en la parte superior de los labios y los laterales de la nariz, también se encuentran en otras zonas. Los gatos tienen vibrisas en el mentón, sobre los ojos y en la parte trasera de las patas delanteras. Esta ubicación estratégica les permite analizar el entorno y coordinar sus movimientos con precisión.
Las vibrisas del rostro son las que más información brindan, ya que al extenderse lateralmente, actúan como una especie de “regla” que ayuda al gato a determinar si puede pasar por espacios estrechos sin quedar atrapado.
Cómo afectan las vibrisas el comportamiento del gato
Las vibrisas son tan sensibles que incluso pueden influir en el estado de ánimo del gato. Si se le tocan repetidamente o si las pierde, el gato puede experimentar estrés o desorientación. En este sentido, es importante respetar esta parte del cuerpo del animal. La doctora Lourdes Gómez, veterinaria especializada en comportamiento animal, señala que “cortar o dañar las vibrisas puede alterar el sentido de la orientación del gato y afectar su bienestar general”.

Además, el estado de las vibrisas puede indicar cómo se siente un gato. Por ejemplo, si están hacia adelante, el gato está curioso o en alerta, mientras que si están hacia atrás, puede estar asustado o enfadado.
Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.