El caldo de pollo casero ha ganado popularidad como complemento alimenticio para perros, sobre todo entre quienes optan por una alimentación más natural. Pero, ¿realmente es bueno para ellos? La respuesta es sí, pero con muchos “peros”.
¿De dónde viene esta costumbre?
El caldo de pollo tiene sus raíces en el caldo de huesos que los humanos empezaron a preparar desde la prehistoria, cuando aprendieron a cocinar huesos para extraer nutrientes. Como buenos compañeros del ser humano, los perros también se beneficiaron de estos caldos ricos en minerales, sobre todo cuando estaban enfermos o deshidratados. Hoy, gracias al auge de la alimentación natural, ha vuelto a ponerse de moda. Pero no debe sustituir una dieta completa.
Beneficios del caldo de pollo para perros

Expertos en nutrición natural canina, como Nutricionista de perros, advierten que este alimento puede aportar beneficios si se da en cantidades pequeñas y como complemento. ¿Cuáles son?
- Hidratación: Ayuda a perros que no beben suficiente agua o están enfermos, aunque no debe ser la única fuente de líquidos.
- Aporte mineral: Contiene calcio, magnesio y potasio, fundamentales para los huesos, músculos, metabolismo y sistema nervioso.
- Articulaciones: Gracias a la glucosamina y condroitina, derivadas de huesos y cartílagos, mejora la salud articular, ideal para perros mayores.
- Digestión: La gelatina que se libera al cocinar los huesos por largo tiempo es suave con el estómago y puede mejorar problemas digestivos.
- Aminoácidos esenciales: Aporta glicina y cisteína, que ayudan al hígado a producir glutatión, el principal antioxidante del cuerpo.
- Sabor irresistible: Es ideal para perros selectivos con la comida o que están en recuperación tras una cirugía.
- No es detox, pero ayuda: Aunque no “limpia” toxinas directamente, mantiene hidratado al perro, lo que sí facilita el trabajo de los riñones.
Pero, ¡ojo! También hay riesgos
No todo lo natural es automáticamente bueno. Hay que tomar en cuenta lo siguiente:
- No sustituye una dieta completa. El caldo no contiene todos los nutrientes que tu perro necesita.
- El caldo comercial puede ser dañino. Suele tener sal y condimentos peligrosos, especialmente para perros con problemas renales o cardíacos.
- Jamás des los huesos cocidos. Se astillan fácilmente y pueden causar lesiones internas graves. Muchos perros han tenido que ser operados por esto, como lo cuenta la veterinaria.
¿Puedo mezclarlo con croquetas?
¡No! Mezclar alimento natural (como el caldo de pollo) con croquetas puede provocar fermentaciones peligrosas en el estómago del perro. Esto aumenta el riesgo de torsión gástrica o vólvulo, una condición potencialmente mortal, sobre todo en razas grandes. Las croquetas, por su tamaño pequeño y alta densidad, agravan este riesgo.
¿La mejor solución? Alternar entre croquetas de calidad, como las de Purina, y comida natural, pero nunca mezclarlas en el mismo plato.
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Recuerda que lo publicado en Patas en Casa no reemplaza la opinión de un profesional de la salud animal. Antes de incluir o excluir cualquier elemento de su rutina, acude a un especialista certificado para obtener una recomendación que se adapte a las necesidades específicas de tu perrito o gatito.